Ximena Torres – Detrás de las cocinas
Es la sexta generación de una familia dedicada a la gastronomía, pero con un valor agregado, la primera mujer. A los 9 años comenzó a vender sus propias recetas y, desde entonces, nunca ha parado de emprender: creó su propia tienda de manjares, La Dulcería, deslumbró como jurado de Masterchef y hoy se consagra como una de las cocineras uruguayas más queridas por el público.
Bien dicen que no hay amor más sincero que el de la cocina. Y para Ximena Torres es un amor heredado, que forma parte de su ADN más profundo. Su abuelo había fundado su propia confitería en un pueblito muy pequeño de Barcelona, San Juan Despí, pero, tras emigrar a Uruguay en los años cincuenta, volvió a empezar de cero vendiendo masitas en la playa. Ese hombre, pionero en emprender cuando aún esta palabra no era tan famosa, inspiró los primeros pasos de su nieta en el mundo de las cocinas hasta convertirse en una mujer emprendedora que sabe lo que quiere y va por más. “Siento que el título de emprendedor es tan dinámico como eterno, porque el emprendedor nunca para, siempre está generando cosas nuevas.” Quizás este 2019 haya sido la recompensa a tantos años de tenacidad y trabajo, no solo por sus éxitos profesionales, sino por su nueva etapa de maternidad con la llegada de la dulce Lupita a la familia. Cierto es que la vida te da y te quita, a algunos más, a otros menos. Xime es una afortunada.
¿Cuándo comenzó tu pasión por la cocina?
Creo que desde que tengo recuerdo amo la cocina. Vengo de una casa supergastronómica, donde siempre el qué vamos a comer era motivo de reunión y motivación familiar. Entonces, siempre fue muy normal pensar que yo me iba a dedicar a la gastronomía. Esta pasión viene de la familia de mamá, soy la sexta generación de panaderos o pasteleros. Mi abuelo era confitero, su papá panadero y, así, seis generaciones para atrás, todos hombres. Yo soy la primera mujer de la familia en dedicarme a la gastronomía, porque mi mamá se abocó más a la parte empresarial.
¿Cuándo se convierte de un hobby a una actividad profesional?
Cuando tenía 9 años mi mamá me dio la receta de la torta piedra y me dijo que a partir de entonces la podía comenzar a elaborar yo. Y así empezó todo… Comencé haciendo mis papelitos escritos a máquina de escribir y a pasarlos por debajo de las puertas de los vecinos del edificio. Después nos aunamos junto con mis hermanas y sumamos otros tres productos: cheesecake, pan integral de manzana y pastafrola. Ese emprendimiento se llamaba Delicias Caseras, nació a mis 9 años y fue el comienzo de mi emprendimiento con los dulces.
¿Alguna vez evaluaste dedicarte a otra cosa o este fue siempre el camino a seguir?
Sí, lo evalué. Nunca dedicarme cien por ciento a otra cosa, pero sí hacer una combinación. Estudié la carrera de Sommelier porque el vino es otra de mis grandes pasiones y fui la primera generación recibida de profesionales en la Facultad de Química de la Universidad de la República. También hice la Licenciatura en Comunicación con orientación en publicidad, y si bien el trabajo de agencia en algún momento me pareció tentador, lo cierto es que hoy soy mi propia agencia para mi propio emprendimiento.
¿La combinación tele-cocina es tu lugar?
Es una combinación que me gusta y disfruto mucho. Tengo la suerte que la cámara me haya recibido bien, entonces eso hace que todo fluya y sea muy natural. Por un lado, La vuelta al plato es un programa descontracturado sin guion, en el cual, junto con Pablo Silvera, nos podemos mostrar como somos y lo que hacemos dentro de nuestras cocinas; y, por el otro, Masterchef es totalmente lo opuesto, una franquicia internacional que tiene otros estándares y te exige seguir un guion. De alguna manera puedo mostrar dos caras muy diferentes, y en ambas me divierto y la paso bien.
Recientemente fuiste mamá y tenés otro hijo muy pequeño. ¿Cómo te alcanzan las horas del día para hacer de todo?
La verdad que, a veces, no lo sé. Soy muy madrugadora y la leyenda dice que al que madruga Dios lo ayuda. Hay veces que me gustaría que mi día tuviera más horas, porque no me gusta mucho tener pendientes y últimamente me pasa que tengo demasiados. De todos modos, la maternidad me ayudó a ganar eficiencia, soy mucho más productiva. Las pocas horas que paso en la oficina son intensas y rendidoras, después voy a las tiendas, hago reuniones de equipo y hablo con mis encargadas. La mejor parte del día es cuando regreso a casa para tener ese momento especial de cocina con Juan Jacinto y para mimosear con Lupita. Así que siento que, de alguna manera, la maternidad me enseñó a valorar cada momento y no pasarme de rosca, porque sé que la prioridad está en casa. Soy una convencida de que nuestros hijos son los grandes maestros de esta vida.
Estás muy cerca del mundo emprendedor a través de mentorías y actividades. ¿Te sentís identificada con esos jóvenes que recién empiezan?
Me siento cien por ciento identificada con esos jóvenes. Incluso, me sigo sintiendo esa joven de 9 años que emprendió con tanto esfuerzo, y hasta el día de hoy, si me preguntás cuál es el título que mejor me va, es el de emprendedora. Participo como mentora en organizaciones como Voces Vitales y Endeavor, pero también soy mentoreada. Porque en este vínculo no pasa que el mentor da y el mentoreado gana, es un vínculo win-win en el que ambas partes aprenden. Así que es una relación que fomento y cuido mucho. Incluso, tengo mis propias mentoras de vida, mi mamá es la primera.
¿Creés que es sacrificado emprender en Uruguay?
Es sacrificado emprender en cualquier parte del mundo. Creo que los uruguayos tenemos siempre una tendencia a tirarnos para abajo porque “acá es difícil”, pero no hemos probado en otros países. La competencia que hay en todos los rubros es impresionante y emprender es un sacrificio donde sea. No hay que echarle la culpa al país de nuestras dificultades y nuestras propias derrotas. También pienso que no cualquiera tiene la capacidad y la tenacidad para soportar y sostener el título de emprendedor a lo largo de la historia. Porque tenemos caídas y etapas difíciles; momentos en los que estás en tu confitería, pero nadie entra, entonces tenés que pensar todo el tiempo en cosas nuevas para generar y que tu proyecto no caiga. Alguien puede pensar que porque La Dulcería es exitosa puedo echarme para atrás en una reposera y olvidarme de atender. Pero no, el que tiene un negocio debe atenderlo todos los días del año.
¿Se profundizó el interés por la cultura gastronómica entre los uruguayos?
Creo que el interés por la gastronomía es mundial. Cuando empecé hace unos diez años en Canal 12, tenía miles de proyectos e ilusiones, recuerdo que pensaba en programas de gastronomía a la noche, y en ese entonces era una locura que alguien se imaginara a la cocina en prime time. La cocina siempre estaba pensada para la mañana o el mediodía y para el ama de casa. Y el cambio que hoy vemos es enorme. Hoy, estoy en dos programas de cocina que se emiten a la noche, cuando la familia se junta a cenar y conversar. Significa que el interés por la gastronomía es innegable y que, de alguna manera, el público se cansó de las novelas melodramáticas o, incluso, a veces, de las noticias. Todo esto hace que la cocina sea de interés universal y se convierta en una cultura que no para de crecer.
¿Qué hay de las tendencias healthy que son furor en el último tiempo?
Hay un interés importante en qué comemos y cómo comemos, y eso hace que las personas miren programas de cocina para luego aplicar los aprendizajes en casa. ¿Hay algo más lindo que cocinar rico y variado para la familia? Siempre hay modas que pasan, pero hay otras que no, como la cocina casera. Los chicos tienen que saber que la pizza no viene en una caja, sino que se hace.
¿Le prestás mucha atención a lo saludable a la hora de cocinar?
Le presto mucha atención a la cocina en general. En mi casa, la cocina es el centro de reunión familiar, todos los días pienso qué vamos a comer y soy anti el concepto “vengan a casa y pedimos algo”. Me encanta que mis hijos se críen en una casa donde hay olor a sopa. Quiero profundamente que ese aroma vuelva a los hogares y que no esté rondando en el ascensor porque sube y baja un delivery.
¿Les inculcás a tus hijos el amor por la cocina?
Sí, por supuesto. Jacinto hace todos los martes su merienda compartida para ir al jardín porque el miércoles es el día que le toca llevar a él. Me encanta ver el orgullo que siente siendo tan pequeñito, cuando se va al jardín con su mochila y sus galletitas hechas por él mismo. Es que la cocina es creación propia, símbolo de compartir y, obviamente, símbolo de amor. No se puede negar la diferencia que hay entre caer con un paquete de algo comprado y algo hecho por uno mismo.
Hablemos de 2019: estuviste en Masterchef y La vuelta al plato, abriste una nueva sucursal de La Dulcería y te convertiste nuevamente en mamá. ¿Cuál es tu balance de este año?
¡Wow! Escucho todo esto y me fascina pensar todo lo que me pasó en este año. Masterchef fue superintenso, con dos grabaciones por semana y rodajes muy largos. Pero siento que a mí los embarazos me empoderan y potencian muchísimo. Se dice que la mujer embarazada tiene la creatividad a flor de piel, como si estuviera iluminada con la fuerza para hacerlo todo. Y, por suerte, mis dos embarazos fueron espectaculares, nunca tuve que hacer ni un solo día de reposo, así que sentí ese empoderamiento increíble. El balance es de una sonrisa de oreja a oreja.
¿Cuáles son tus proyectos para el próximo año?
Se vienen dos temporadas de Masterchef y la cuarta temporada de La vuelta al plato, que por suerte vamos a seguir junto con Pablo Silveira. Y seguramente continuaremos cocinando cosas ricas y llenando la ciudad de dulces. ¡Hijos por ahora no más! Pero una novedad muy linda que nunca conté es que también estoy preparando un nuevo libro de recetas. Me gusta vivir con planes y si no tengo uno, lo estoy generando para tenerlo. Siempre tengo cuentas pendientes y este 2020 se viene con muchos desafíos profesionales.
¿Cuál es la receta de Xime Torres para ser feliz?
Encontrar el milagro en cada día que vivo y valorarlo siempre. No me gusta dar ningún día de vida por sentado. Agradecer y, sobre todo, dar. Las personas que damos somos más felices: dale a tu familia, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo y también a los desconocidos. Dar me hace muy feliz y vuelve en felicidad multiplicada.
Dulces fiestas
Como buena apasionada por la cocina, las fiestas son para Xime la ocasión ideal para preparar delicias y disfrutar en familia. “¡Adoro las fiestas! Este año es la primera Navidad desde que me fui de la casa de mis padres, que me toca ser anfitriona. Y ya estoy pensando en cada detalle. Me crie viendo cómo la familia compartía un plato de comida casera alrededor de la mesa, y ese es el concepto que me gusta transmitir en estas fiestas. ¿Qué tres cosas no faltarán en mi mesa navideña? Seguro habrá jazmines, velas y turrones artesanales de La Dulcería”.
Ping Pong
¿Comida favorita? La comida asiática, especialmente, los salteados de mariscos y los currys.
¿Un libro de verano? Mujeres que corren con los lobos de Clarissa Pinkola Estés.
¿Un referente? Mi mamá.
¿Un gran amor? Max Capote.
¿Un deseo 2020? Paz, salud y trabajo para todos los uruguayos.