Dos propuestas para disfrutar: Colonia del Sacramento y Punta del Este
Dos de nuestros destinos más elegidos por los turistas proponen experiencias tan atractivas como diferentes: por un lado, la tradición de una ciudad con calles adoquinadas que invita a un viaje largo al pasado, y por el otro, un balneario cosmopolita con increíbles playas e intensa actividad nocturna.
Decidirnos por uno de estos destinos nos resulta imposible, y es que tanto Colonia del Sacramento como Punta del Este son dos de las ciudades más representativas de Uruguay, distinguidas por sus magníficos escenarios que combinan arquitectura y naturaleza. Recorrer el barrio histórico de Colonia es un paseo obligado, declarado Patrimonio de la Humanidad por ilustrar la fusión de estilo portugués, español y poscolonial. Sus calles angostas de piedras y adoquines recuerdan su tradición militar, mientras que algunos museos son la cuna de esos recuerdos que hablan de una ciudad intercultural con una riqueza histórica más que interesante. El contraste con Punta del Este no podría ser mayor: aquí el pasado ha sido reemplazado por el futuro, los edificios inmensos acaparan toda la costa y la perfección de las calles delinea pintorescos barrios de alto estilo. Para la época que se viene, ambas tienen sus encantos. Por supuesto que la península destaca por extensos kilómetros de playa para disfrutar del sol, la arena y el mar en un entorno sofisticado; sin embargo, aunque lo verdaderamente atractivo de Colonia es su casco antiguo, también podemos encontrar muy buenas playas de arenas finas bañadas por el Río de la Plata. Allí, el ambiente es perfecto para disfrutar en familia y descansar a pleno, destacándose las playas Balneario Municipal, Real de San Carlos, el Álamo, Las Delicias y Ferrando.
Callecitas inspiradoras
Llegamos cerca del mediodía directo al corazón de Colonia para recorrer la zona antigua mientras decidíamos dónde almorzar. La oferta gastronómica que encontramos fue muy variada: se podía elegir entre grandes restaurantes de tradición ubicados en primera línea de la rambla o pequeños locales de carta más acotada. Alrededor de la Basílica del Santísimo Sacramento también había buenas propuestas, varias heladerías, una mini feria de artesanos y algunos lugares donde encontrar souvenirs, vajillas pintadas a mano o artesanías para llevar de recuerdo. Pasamos por el faro de San Pedro construido en 1857, por la Puerta de la Ciudadela donde se encuentra la antigua estación ferroviaria, y por supuesto, por la famosa Calle de los Suspiros, que es una de las más típicas por sus pintorescas construcciones antiguas. La única casa que pudimos visitar para conocer su interior es una pequeña galería de arte que abre durante el día y cuenta con objetos de inspiración africana. Cada rincón conserva su historia y el tiempo parece no haber transcurrido en estas callecitas inspiradoras.
Itinerario completo
Si hay algo que no existe en Punta del Este es el aburrimiento. Los planes son inagotables: recorrer la rambla hasta el puerto, elegir entre una de las tantas playas, visitar el emblemático casino del Conrad, pasear por Gorlero y hasta salirse un poco de la ciudad para ir a almorzar a los sofisticados restaurantes de La Barra, donde además están las mejores playas de Uruguay. Sí, para aquellos que prefieren sumergirse en el jet set esteño, esa localidad ofrece paisajes hermosos y aguas profundas que durante la temporada reciben eventos, desfiles y música de reconocidos DJ para despedir el atardecer. Sin embargo, para las familias que buscan disfrutar junto a sus hijos los alrededores de Los Dedos son la mejor opción, no solo por la gran extensión de arena para jugar, sino por la calma del mar.